Vivienne Westwood: La Reina del Punk y la Alta Costura
Vivienne Isabel Swire, mejor
conocida como Vivienne Westwood, es una figura icónica dentro de la historia de
la moda. Nacida el 8 de abril de 1941 en Derbyshire, Inglaterra; Westwood
inició su camino artístico en Harrow School of Art. Aunque inicialmente su
apellido era Swire, tras su matrimonio con Derek Westwood, adoptó el que se
convertiría en uno de los nombres más reconocidos en la moda. Este primer
matrimonio, que también le dio un hijo, fue el comienzo de una vida que
transformaría para siempre el panorama cultural y estético del siglo XX.
A finales de los años 60, Vivienne
conoció a Malcolm McLaren, mánager de la banda punk Sex Pistols. Este encuentro
marcó el inicio de una revolución creativa. Juntos abrieron una boutique en el
430 de King’s Road, Chelsea, que pasó por varios nombres hasta establecerse
como “Sex”. Este espacio no solo era una tienda, sino el epicentro del
movimiento punk en Reino Unido donde se vendían discos de rock y prendas
confeccionadas por Vivienne. En 1977 coincidiendo con el éxito de “God Save the
Queen”, la boutique adoptó una estética punk radical, con trajes bondage y
mensajes provocativos que desafiaban las normas sociales de la época.
Aunque en sus inicios fue pionera
de la moda punk, Westwood buscó desvincularse de la caótica historia de los Sex
Pistols. A principios de los años 80 comenzó su transición hacia el mundo de la
alta costura. En 1981 lanzó su primera colección, “Pirate”, una propuesta que
dejó atrás la agresividad del punk para explorar un estilo más romántico e
histórico. Inspirada en la vestimenta de piratas y aventureros, esta colección
incluyó botas espadachines, cuellos asimétricos y sombreros bicornios, marcando
el inicio de una nueva era creativa.
Su segunda colección “Nostalgia of
Mud” también conocida como “Buffalo Girls”, combinó elementos del folclore
americano y latinoamericano. Esta propuesta fue innovadora al desafiar las
siluetas ajustadas de los años 70, favoreciendo formas más holgadas y
relajadas. En 1985 con “Mini-Crini” Westwood demostró su habilidad para mezclar
lo histórico con lo contemporáneo, esta colección combinó la crinolina
victoriana símbolo de la sumisión femenina, con la minifalda un emblema de
liberación, creando un diálogo visual entre pasado y presente.
A finales de los años 80 Vivienne
inició lo que denominó sus “años paganos”, con colecciones como “Harris Tweed”
en 1987 donde reinterpretó patrones históricos con un toque moderno. Su visión
innovadora continuó en los 90, una década dorada para la moda con el auge de
las supermodelos. En 1990 presentó “Portrait”, donde destacaron corsés
inspirados en pinturas francesas del siglo XVIII. Esta colección no solo fue un
homenaje al arte clásico, sino también un manifiesto de erotismo y
sofisticación.
En 1993 lanzó “Anglomania”, una de
sus colecciones más memorables. Inspirada en una fusión de estéticas francesas
e inglesas, “Anglomania” combinó corsés, faldas voluminosas y tejidos tartán.
La pasarela fue icónica por la participación de Kate Moss y la famosa caída de
Naomi Campbell al caminar con altísimos tacones de plataforma.
El legado de Vivienne Westwood se
define por su capacidad para reinterpretar estilos históricos en un contexto
contemporáneo. Sus colecciones no solo marcaron hitos en la moda, sino que
también cuestionaron las normas sociales y culturales. Westwood logró
equilibrar el romanticismo con la rebeldía, convirtiéndose en una referencia
ineludible en la historia de la moda del siglo XX.
Vivienne Westwood no solo diseñó ropa, sino que también creó un discurso cultural que transformó la moda en una herramienta de expresión y protesta. Desde sus raíces punk hasta sus colecciones de alta costura, su obra sigue inspirando a generaciones de diseñadores y artistas. En cada prenda, Westwood dejó un mensaje: la moda es más que superficialidad; es una declaración de identidad y cambio.
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